Octubre by China Miéville

autor:China Miéville
La lengua: spa
Format: epub
editor: Ediciones Akal, S. A.
publicado: 2017-07-27T00:00:00+00:00

7. Julio: días calurosos

En lo profundo del distrito de Víborg, una vociferante multitud arrastraba el cuerpo de un hombre, mientras aullaba y teñía de rojo el suelo. No era solo su sangre. Era un vendedor ambulante, un intermediario, un especulador de alimentos en una ciudad hambrienta. La carne que vendía estaba pasada y pútrida. Los vecinos le habían descubierto, y le golpeaban y manchaban con su propia mercancía putrefacta, dejando un río de sangre y vísceras fétidas. 'El estallido se acerca a la superficie', escribió Latsis en su diario, a comienzos del mes. 'Está empezando. Hay inquietud en el distrito'.

'Los rusos que regresan, rusos, figúrense, simplemente bajan las manos y lo describen como un desastre'. Swallows and Amazons todavía no había salido de la pluma de Arthur Ransome: en aquellos días era el corresponsal del British Daily News, ansioso por relatar el delirio de Petrogrado. La inquietud en los distritos. 'Uno vive todo el tiempo en una atmósfera de conflicto mental, del tipo más violento'.

El 1 de julio, el Soviet emitía un quejumbroso llamamiento al Primer Regimiento de Ametralladoras para que regresaran a sus cuarteles y esperaran más instrucciones. Pero ellos continuaron planeando una manifestación-rebelión. Ese día, mientras la tensión crecía en forma de crímenes, disturbios en las fábricas, y conflictos violentos por la escasez de alimentos y combustible, se inauguraba la Segunda Conferencia Bolchevique de la Ciudad de Petrogrado, en la mansión Kshesínskaya.

Las tensiones entre las dos alas del partido se recrudecían. Los entusiastas y los ultraizquierdistas se enfrentaban a los cautelosos. La OM había sabido de los planes del Regimiento de Ametralladoras, y ante el CC insistió fervientemente en que el regimiento podría derrocar al gobierno. Y que, en cualquier caso, era inevitable una movilización por parte de los soldados: la cuestión, por lo tanto, no era si debía 'permitirse', sino cómo debía relacionarse con ella el partido.

La dirección, convencida de que la situación no estaba madura para una insurrección, continuó instando a la moderación. Ordenaron a la OM que intentara impedir cualquier iniciativa.

Años más tarde, Nevski, de la OM, describiría cómo evitó el cumplimiento de esta orden. 'Tras recibir noticias de la manifestación del Regimiento de Ametralladoras, y en la medida que yo era uno de sus oradores más populares, la Organización Militar me envió para convencer a las masas de que no participaran. Hablé con ellos, pero de tal modo que solo un tonto podría llegar a la conclusión de que no debía manifestarse'. Tampoco fue el único camarada de la OM que realizara este ca’canny izquierdista, utilizando la letra de la ley contra su espíritu. Los anarquistas-comunistas, por supuesto, no recurrieron a ningún subterfugio. Fueron muy directos en su apoyo a un levantamiento armado.

En la tarde del día 2, se celebró un concierto en el auditorio del ayuntamiento, conocido como la Casa del Pueblo. No era costumbre despedirse así de las tropas destinadas al frente: este evento fue patrocinado por los bolcheviques, con objeto de recaudar dinero para panfletos contra la guerra; para que los soldados se los llevaran al frente con ellos.

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